"Si queremos educar a nuestros hijos en la coherencia, nosotros tenemos que ser modelos de coherencia"

lunes, 27 de enero de 2014

DECÁLOGO DEL HIJO AL PADRE


He encontrado este decálogo en la red, y creo que puede hacernos pensar un poco, y reflexionar. Espero os guste.



1. No me des todo lo que te pido. A veces solo pido ver hasta cuánto puedo coger.

2. No me grites. Te respeto menos cuando lo haces y me enseñas a gritar a mí también.

3. No me des siempre órdenes. Si en vez de órdenes, a veces me pidieras las cosas, yo lo haría más rápido y con más gusto.

4. Cumple las promesas, buenas o malas. Si me prometes un premio, dámelo, pero, también si es un castigo.

5. No me compares con nadie, especialmente con mi hermano o mi hermana. Si tú me haces sentir mejor que los demás alguien va a sufrir y si me haces sentir peor que los demás, seré yo quien sufra.

6. Trátame con la misma amabilidad y cordialidad con que tratas a tus amigos. Que seamos familia, no quiere decir que no podamos ser también amigos.

7. No me digas que haga una cosa cuando tú no la haces. Yo aprenderé lo que tú hagas, aunque no lo digas. Pero nunca haré lo que tú digas y no hagas.

8. No cambies de opinión tan a menudo sobre lo que debo hacer. Decide y mantén esa decisión.
9. Déjame valerme por mí mismo. Si tú haces todo por mí, yo nunca podré aprender.

10. No digas mentiras delante de mí, ni me pidas que lo haga por ti, aunque sea para sacarte de un apuro. Me haces sentir mal y perder la fe en lo que me dices.

11. Cuando y haga algo malo, no me exijas que te diga por qué lo hice. A veces ni yo mismo lo sé.

12. Cuando estés equivocado en algo, admítelo y crecerá la opinión que yo tengo de ti, y así me enseñarás a admitir también mis equivocaciones.

13. Cuando te cuente un problema mío, no me digas "no tengo tiempo para bobadas" o "eso no tiene importancia". Trata de comprenderme y ayudarme.

14. Y quiéreme y dímelo. A mí me gusta oírtelo decir, aunque no creas necesario decírmelo.

Salu2

MEJOR EDUCADOS, DE GREGORIO LURI

Gregorio Luri:"La paternidad contemporánea está muy neurotizada"

El filósofo reivindica en 'Mejor educados' a los Simpson como modelo de familia para aprender a vivir la paternidad sin agobios



Gregorio Luri apuesta por una paternidad sin agobios y en la que reine la ironía Ariel

  • rvLos Simpson como modelo de familia. Esta es una de las reivindicaciones que el docente Gregorio Luri (Navarra, 1955) defiende en Mejor educados (Ed. Ariel). El libro, que recoge algunas de las ideas que Luri ha defendido en las numerosas conferencias que ha impartido a padres, pretende servir de guía para aquellos que se encuentran perdidos en el apasionante mundo de la educación. El docente y filósofo defiende la tranquilidad, la sensatez y el amor como valores fundamentales para afrontar el reto de la paternidad (y maternidad). Y sobre todo no agobia- ¿Hoy los niños eEso depende de la capacidad para desenvolverte de manera satisfactoria en el tiempo que te ha tocado vivir. Y de lo que se trata es que los niños tengan recursos para desarrollarse no en el mundo ideal que a veces querríamos sino en el real. Lo que caracteriza a la paternidad moderna es un hipersentido de la responsabilidad y los padres quieren hacerlo todo tan bien que esa tensión les impide hacerlo bien.
- ¿Qué es imprescindible para ser un buen padre o madre?
No pretender ser un padre perfecto. Pero hay esa tensión de querer hacerlo todo bien.
- ¿Por qué?
En primer lugar porque los hijos son el resultado de una programación. Ya no viene la cigüeña sino que las parejas cogen el calendario y deciden cuando les va bien ser padres. Y eso hace que vean incrementado su sentido de la responsabilidad. Y hay otro elemento: las posibilidades para un niño de vivir autónomamente su infancia son cada vez más reducidas. Los padres se han convertido en programadores culturales de sus hijos, buscando actividades para hacer. Y eso lleva a veces a ese sentimiento de angustia.
-…
Y cuando los padres contemporáneos se independizan descubren que su sueldo no les da para vivir con el nivel que tenían antes. Y miran a los hijos con la preocupación de cómo vivirán ellos. Al mismo tiempo cada vez es más grande todo aquello que un niño debe aprender hasta que es adulto. El mundo se ha hecho más complejo y la responsabilidad se ha incrementado.
- Pero ¿Los padres se complican la vida más de lo que deberían?
Lo tengo clarísimo. Por eso reivindico a los Simpson como modelo de familia (risas). Homer es un desastre de padre, pero esta familia tiene una virtud extraordinaria: no importa las veces que han metido la pata, en cada capítulo empiezan de nuevo sin llevar el registro de agravios. No cargar tus vivencias del presente con los agravios que arrastras del pasado me parece una señal de inteligencia grande.
- Cada vez nos convertimos en padres más mayores ¿Esto influye en como enfrentamos la tarea de la paternidad?
Sí, pero cada generación tiene que hacer frente a sus propios problemas y también las buenas intenciones tienen efectos imprevistos. Te relacionas con tus hijos con las mejores intenciones y resulta que todo tiene efectos imprevistos. Y eso debería liberarnos de la convulsión teórica. Lo que nos dicen los libros, incluso éste, está muy bien pero la práctica de padres es muy puñetera porque siempre estás en fuera de juego. Y cuando crees que has entendido a tu hijo, va y cambia. Y como esto lo plantees con angustia, estás perdido.
- ¿Y cómo hay que plantearlo?
Con ironía. Es la alternativa inteligente. Si me permites una confesión, este libro no lo habría escrito cuando mis hijos eran adolescentes porque entonces me encontraba perdido. Pero ahora que tienen más de 30 años, somos capaces de reírnos de todas las bobadas que hemos hecho. Yo el primero (risas). Si todo eso en lugar de dejarnos heridas nos ha dejado motivos para la risa quiere decir que no lo he hecho mal.
- ¿Es más difícil ser padre ahora que hace 30 años?
Sin duda.
- ¿Por qué?
Por varios motivos. Comparada con la de mi nieto, creo que yo tuve una infancia mucho más afortunada que la que va a tener él. Mi nieto va a tener muchos juguetes, mucha pantalla, muchas cosas, pero no va a tener la oportunidad de disponer de un pueblo y disfrutar de las cosas que tenía yo. Ahora mi hijo no puede dejar a mi nieto que salga y haga lo que quiera. Los ámbitos de autonomía de la infancia parece que han desaparecido. El progreso ha hecho del niño un dependiente total de su padre. Y eso me parece un desastre, pero es algo con lo que hay que lidiar.
- ¿No se puede hacer nada?
Nada. Y hay otro elemento importante. Creo que mis padres y los padres de la gente de mi generación sabían que nunca eres responsable al 100 % de lo que hace tu hijo, y esa lección básica los padres de hoy la han olvidado. Los padres antiguos dirían “mira qué hijo me ha salido”, uno de hoy dirá “¡Qué he hecho yo!”. Los hijos, además de ser nuestros, son hijos de su tiempo y la influencia de su tiempo en ellos no la controlas, porque tú no creas su tiempo. Hay muchos elementos que no controlamos y eso a nuestros padres les tranquilizaba, pero a nosotros nos angustia.
-…
Lo característico de la paternidad contemporánea es que está muy neurotizada porque está empeñada en una aventura que es absurda: hacer de la realidad un capítulo de la teoría. Creen que saben lo que hay que hacer y les gustaría encajar la realidad práctica en esa teoría. Y las cosas no funcionan así nunca. Y el sentido común es la capacidad para aprender de la práctica. Hay que tener un cierto olfato para saber por dónde van las cosas y saber aprender de tus errores con ironía.
- Hoy los padres no quieren parecerse a sus progenitores ¿Es un error?
Sí. Nos consideramos tan listos, tan inteligentes y tan de todo que nos hemos quedado sin modelos. Y hay mucho que aprender de nuestros padres.
- ¿Por ejemplo?
Ellos no estaban continuamente problematizando lo que habían hecho. Si habían castigado a su hijo lo habían hecho y tocaba cumplir el castigo. Los padres actuales están todo el rato dudando. Y ahora resulta que nosotros que, supuestamente, sabemos mucho más que nuestros padres, necesitamos psicólogos para que nos ayuden, terapeutas familiares... Esta apareciendo la paternidad terapéutica: necesitar un soporte externo para poder sobrellevar la neurosis de ser padre.
- ¿Qué cosas que se hacían antes estaría bien preservar?
El mundo es distinto y, por lo tanto, los padres podían ser buenos para su tiempo pero ahora hay que buscar las formas para éste. También hay que pensar que nuestros hijos no van a aprender nada de nuestros consejos, van a aprender de nuestros ejemplos. Porque el órgano de aprendizaje de un niño no es el oído, es la vista. Y si les damos un ejemplo de neurosis, ese es el que les va a quedar.
- ¿Qué consejos puede dar a los padres?
Que piensen que si los niños se aburren, es su problema. No puedes estar sobrecargándote porque entonces al mismo tiempo que queremos crear hijos autónomos, nos cargamos con su vida.
- ¿Cuáles son los problemas a los que se enfrenta hoy un padre a la hora de abordar la educación de sus hijos?
Básicamente la inseguridad. Cuando aparece un problema hay que ver por qué aparece porque seguro que tiene un componente real. Y a medida que nos vamos adentrando en la sociedad del conocimiento, la cantidad de cosas que hay que saber a lo largo de la infancia y la juventud es cada vez mayor. Antes con 14 años te podías ganar la vida. Ahora ni tan siquiera con una carrera tienes garantizado nada. La incertidumbre con respecto al futuro también crea tensión en los padres.
- Hoy los padres tienen obsesión por que sus hijos tengan éxito.
Quieren que triunfe, pero hay muchas posibilidades de fracaso. Y ese también es un componente que crea incertidumbre.
- Hace 30 años la educación de los hijos era cosa de las madres, ahora está más repartido ¿Hay diferencias entre cómo lo hace una madre y un padre?
No creo que sea así. Los padres y las madres hacían lo que creían que debían hacer para el tiempo que vivían. Y creo que lo hicieron muy bien. Ahora las madres han salido de casa y los padres no han entrado y eso crea una situación muy curiosa. Y precisamente porque se da esto, la responsabilidad educativa cada vez recae más en la escuela. Los padres no han dimitido, no me gusta esa expresión y además me parece muy injusta, pero no llegan. Y esto ha dado lugar a una cultura nueva: la cultura adolescente.
- ¿Qué es eso?
Un fenómeno comercial porque tiene su propia música, su propia moda, sus propios gustos… Esa cultura tiene sus valores propios y con mucha frecuencia para un adolescente es más importante el modelo de referencia de uno de su generación que sus padres. Al mismo tiempo, lo que antes eran las figuras de autoridad, los abuelos, hoy ya no tienen nada que decirles. Puede ser una figura entrañable, pero el niño ya no ordena su vida en función de sus consejos. Y a medida que las madres han salido y los padres no han entrado, ves crecer la cultura adolescente.
- Los padres delegan la educación en la escuela…
No es que deleguen, lo que pasa es que la figura paterna está desapareciendo.
- Las familias hoy desautorizan a la escuela.
Sí. Hay una permanente puesta en cuestión. Aquello que no haces tú lo tiene que hacer otro. Y pretendes que lo asuma como a ti te gustaría asumirlo. Es absurdo. Y cuando las cosas van bien en clase, los padres se sienten orgullosos de su genialidad reproductiva, pero cuando no van bien, la culpa es del maestro.
- …
Y hay que tener claro que la visión de tu hijo es una y la del maestro es otra. El maestro en clase tiene alumnos. Los padres son extraordinariamente buenos captando el estado emocional de sus hijos y está muy bien que sea así. Y los profesores tienen una distancia emocional con respecto a ellos y son extraordinariamente buenos evaluando el comportamiento de los chicos. La idea que se vende es que padres, maestros, etc. tenemos que ir en la misma línea. Y resulta que esto no puede ser porque la visión es distinta. La familia es un chollo psicológico extraordinario, es el único lugar en el mundo en el que nos quieren incondicionalmente por ser quienes somos. Pero el maestro no está para quererte por lo que eres, quiere lo que puedes llegar a ser.
- Un dilema de la paternidad moderna es “móvil sí o no”.
Ya no nos podemos plantear el dilema porque si nuestro hijo no tiene su móvil tendrá el del amigo. El que debe preocuparnos es el niño que no tiene amigos y cuyas relaciones con el mundo son a través de un módem o de un móvil, el que está recluido en su habitación sin relaciones cara a cara. Es lo realmente patológico y preocupante. Pero los niños y niñas que tienen un grupo de amigos amplio y que son capaces de contarse entre ellos las cosas que hacen con el móvil o con internet, no me parece tan problemático porque el mero hecho de contar lo que haces te crea una distancia reflexiva. El mejor tratamiento de los peligros de Internet es un tratamiento indirecto: garantizar que nuestros hijos tengan amigos. Y hay otra cuestión básica: los niños no harán con el móvil cosas muy diferentes a las que hacen los adultos. Pero es cierto que los adolescentes modernos en Europa están empezando a pasar más de seis horas diarias de relación en la pantalla (televisión, móvil, ordenador, consola…) y eso, si va en detrimento de sus relaciones cara a cara, me parece muy peligroso. Hay cosas que como padre no puedes entrar a negociar porque son sagradas.
- ¿Cuáles?
Los principales deberes de unos padres con respecto a su hijo es que cuando salgan de casa por la mañana lo haga bien dormido y alimentado. La falta de sueño es muy tóxica. Así que unos hábitos saludables no son negociables.
- De un consejo final a los padres.
La ironía, por favor. Que no pierdan la capacidad de reírse, que no se tomen tan en serio todo. Y que vean a Los Simpson de vez en cuando. Homer será un bestia, pero cuando está en juego el amor de sus hijos, sabe que eso es valiosísimo. Y la principal obligación de una familia es preservar su amor mutuo. Y hay que olvidarse de los reproches.

sábado, 25 de enero de 2014

¿TIENEN VALORES NUESTROS HIJOS?



http://ntic.educacion.es/w3/recursos2/e_padres/html/valor_hijos.htm


Seguimos hablando de valores. En este enlace podemos leer algunas reflexiones.

viernes, 17 de enero de 2014

AMICI CULTURAE: MESA REDONDA DE LA CASA A LA ESCUELA

El pasado viernes, 16 de enero, la asociación Amici Culturae organizo una Mesa Redonda titulada DE LA CASA A LA ESCUELA. ENSEÑANZA, PRINCIPIOS Y VALORES.  
En este acto fue invitada María José, como representante de nuestra asociación.  A continuación transcribimos su intervención.  

Hola, buenas tardes.
Agradecer a Amici Culturae la oportunidad de participar en este acto.
Soy madre de tres hijos, en cuya educación,  como todos los padres,  tengo  muchos aciertos y he cometido muchos errores, y la mayor parte de las veces pienso que más errores que aciertos, porque  a esto de ser padres, aprendemos día a día.
Cuando me dijeron el titulo de esta mesa redonda, lo primero que se me vino a la cabeza, es la continua rivalidad encubierta que existe entre familia-escuela, escuela-familia. Parece una relación amor-celos. Desde los colegios se acusa a los padres de la poca implicación en la educación de los hijos, de la dejadez, de librarnos de los hijos durante unas horas al día, como el que aparca el coche en un garaje, en resumen tenemos la culpa de todo.  Por otro lado, los padres culpan a los profesores de  indiferencia, desinterés y desgana.
Des de mi punto de vista tenemos un coctel de niños desmotivados, profesores desilusionados y padres poco implicados. Y si a eso añadimos un sistema educativo poco conseguido, el resultado …… explosivo.
A la hora de hablar de educación en valores, nos encontramos con varios problemas:
·       La no confluencia de valores de la familia, el centro educativo y la sociedad.
·       La educación formal recibida en los centros es insuficiente, lo mismo que es insuficiente la educación parental.
·       La crisis moral de la sociedad, en la que los valores tradicionales van desapareciendo, dando paso a  los contravalores.
·       La pérdida de valores en la sociedad, parece que ser educado y respetuoso esta pasado de moda.
·       El sistema educativo cambiante y poco definido, desconcierta a docentes  y familias.
·       Crisis de valores de las familias.
·       Y la innegable Pérdida de liderazgo de los profesionales docentes.

No solo la familia y la escuela son los referentes de nuestros hijos.
La sociedad y los medios de comunicación, tienen mucha más influencia que nosotros. En la sociedad se están produciendo cambios muy acelerados,  como la amplia información de estímulos que llega desde los medios de comunicación, la competitividad, el consumismo, las nuevas corrientes pedagógicas, internet, la desaparición de la familia tradicional, la diversidad cultural. Todo esto provoca un cambio de costumbres, que hace tambalear los pilares de referencia, y de camino hace que los valores y principios evolucionen.
  
La familia es el primer contexto de aprendizaje. Es el primer eslabón en el compromiso de educar en valores. Es transmisora de valores, ideología y cultura. Los niños pequeños  aprenden continuamente de sus padres y madres, pero no solo de lo que les transmiten sino también de lo que ven día a día, de sus comportamientos, de sus maneras de ser. Conforme van creciendo los referentes van cambiando y  la capacidad educadora y formadora de la familia se reduce considerablemente.
Además, los nuevos modelos de familias, los problemas económicos, la crisis, la dedicación al trabajo, hacen que la participación de las familias en los centros se reduzca en la mayoría de los casos,  a la recogida de notas.
Desde los centros y desde las asociaciones de padres y madres, se organizan muchas actividades en las que se pide la colaboración de los padres y la participación suele ser mínima.
Por otro lado, desde los colegios se entiende que ellos deben enseñar pero no educar. Nos dicen: “Aquí les enseñamos, pero educados tienen que venir de casa”.  Y yo pienso que son dos conceptos ligados, que no pueden separarse. En clase no solo se enseñan integrales, se enseñan integrales con respeto, humildad y responsabilidad. 
Cuando un profesor enseña matemáticas, el alumno aprende matemáticas, expresividad, comportamiento, modos y composturas.

El punto de encuentro entre los profesores y los padres y madres es evidente que son los hijos y alumnos. Y es evidente que la educación en general y la educación en valores en particular, debe ser responsabilidad compartida entre los padres y los profesionales, y debemos evitar discrepancias entre ambos,  mediante la comunicación.
Responsabilidad compartida y bien diferenciada, por supuesto. Con esto no quiero decir que sean los colegios o la sociedad los que tengan que inculcar respeto, tolerancia, generosidad o responsabilidad a nuestros hijos. Ese trabajo es de los padres, pero no en exclusiva. Porque una familia no puede educar en el respeto o la honestidad a unos hijos, si en el colegio o en la sociedad no se reflejan esos mismos valores. Y viceversa, el colegio no puede enseñar respeto y responsabilidad a los alumnos, si en las familias se les resta importancia.
Familia y escuela deben llevar una misma línea de trabajo, complementar funciones y responsabilidades. Deben tener una  relación de confianza, colaboración,  entendimiento, respeto y sobre todo comunicación.
La comunicación escuela- familia es fundamental. Pero en nuestra realidad, se refleja en los primeros años de escolarización, y va perdiéndose conforme nuestros hijos crecen. Y es casi nula cuando llegan a bachiller.
En la mayoría de los casos, los padres solo conocen al tutor de sus hijos, y no a los demás profesores. Y no porque sean padres despreocupados, sino porque así funcionan los centros.

Todo esto es teoría. Pienso que teorizamos bien, pero llevamos mal a la práctica.
Hoy hablamos de valores. Hablamos de libertad, responsabilidad, honestidad, ética, respeto, lealtad, dignidad, amistad…….Este es un tema abierto, no podemos sacar conclusiones, solo podemos seguir haciéndonos preguntas.
·       Somos ejemplos de valores, padres y profesores?
·       No hemos perdido parte de los valores que aprendimos? ( no obviemos que muchos de nosotros nos educamos en unos valores que ahora hemos olvidado)
·       No hemos perdido la autoridad en casa?
·       No la han perdido en las aulas?
·       Sabemos como recuperarla?
·       Sabemos compartir? O prima el egoísmo?
·       Saben nuestros hijos donde empieza y dónde acaba su libertad? Lo sabemos nosotros?
·       Somos responsables con la educación de nuestros hijos?
·        O Delegamos en los profesores?
·       Saben nuestros hijos que toda acción tiene su reacción y que toda mala acción tiene su castigo?. Enseñamos con los castigos? Aprenden de ellos?
·       Son didácticos los castigos en clase? Sirve para algo una expulsión de clase par aun alumnos? O es un día de fiesta?
·       Sabemos poner límites en casa? Los respetamos.
Podría seguir, pero voy a terminar con una frase que por supuesto no es mía, sino que nos llega de la cultura africana: para educar a un niño hace falta toda la tribu.

jueves, 16 de enero de 2014

VIAJE A IFEMA: AULA, SALÓN INTERNACIONAL DEL ESTUDIANTE.

El martes,  se celebró  una reunión
de los alumnos de 1º y 2º de bachillerato
con las representantes del AMPA Maestro Garrido,
las cuales les han facilitado la información del
Viaje a IFEMA (Feria de Madrid) en la que nuestros alumnos
podrán informarse sobre las salidas tras el bachillerato,
las ventajas de estudiar en una comunidad
u otra, ciclos formativos y mucho más. 

Tenéis toda la información de la muestra en:


www.ifema.es/aula_01

Información importante sobre el viaje: 

Día: 22 de Febrero

Hora de Salida-Llegada (aprox): Salida5:00am - Llegada 19:00pm

La comida correrá al cargo de cada uno de los alumnos.

Precio: 15€ (si se llenan las 55plazas),
para los socios del AMPA habrá un pequeño descuento.

Si hay plazas podrán asistir algunos padres.



Si quieres ir debes mandar un correo a:
ampamaestrogarrido@hotmail.com 
indicando tus datos personales y DNI (antes del 31 de este mes)
tras tener la lista se facilitará una autorización para los menores de edad, que deberán entregarla firmada para asistir a dicha actividad. 


Animamos a todos los alumnos, y los padres, a que asistan a esta actividad.